Cómo los estados miembros de la UE protegen industrias que producen productos químicos dañinos: el caso del dióxido de titanio (I)


La batalla del lobby del dióxido de titanio ha conseguido que esta sustancia química se clasifique de una manera muy débil a pesar de que estar reconocida como "sospechosa de ser cancerígena". Los estados miembros se han mostrado muy diligentes en la defensa de sus intereses industriales, a expensas de la investigación científica y la salud pública, y han logrado algunas victorias. A continuación exponemos quienes son estas naciones, varias de las cuales están dirigidas por partidos o líderes autoritarios. Es especialmente preocupante el conflicto de intereses del Primer Ministro checo Babiš - su imperio empresarial de facto incluye la producción de dióxido de titanio - y es materia de una próxima votación en el pleno del Parlamento Europeo.



Antecedentes
El dióxido de titanio se suele encontrar en sustancias domésticas de uso muy común como pinturas, protectores solares y la pasta de dientes [N. del T.: también puede estar presente en algunos alimentos, como pasteles o dulces, identificado en las etiquetas como E171]. Sin embargo, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud ha determinado que esta sustancia química es un "posible carcinógeno para los humanos". A propuesta del Gobierno francés, en 2017 la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) se encargó de presentar una recomendación a la Comisión Europea sobre el tema. En esta evaluación se propuso clasificar todas las formas de dióxido de titanio como "presunto carcinógeno" cuando se inhala.

Desde entonces, la Comisión ha presentado varias propuestas al comité de comitología REACH (el comité para la Regulación Europea sobre el Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas, compuesto por representantes de todos los estados miembros) en un intento por encontrar un acuerdo sobre cómo clasificar esta sustancia química tan ampliamente utilizada pero tan controvertida. Pero algunos estados miembros, incluyendo aquellos con importantes industrias químicas, dejaron clara su oposición tanto a la propuesta de la ECHA como a los posteriores intentos de la Comisión de llegar a un acuerdo.

Además, la presión de la industria ha superado con creces las demandas de las ONG y los sindicatos que abogan por la salud humana y un medio ambiente seguro. Los enormes recursos de la industria le han permitido presentar reiteradas y coordinadas demandas a través de sus grupos de presión.

En octubre de 2019, después de más de dos años de estancamiento en el comité REACH, la Comisión transformó la propuesta de clasificación del dióxido de titanio (junto con las propuestas relativas a otras sustancias químicas) en un acto delegado. Este nuevo proceso significó que el Consejo de la UE (estados miembros) y el Parlamento Europeo (MEP) tenían un plazo limitado de dos meses (que luego se amplió a cuatro) para objetar la propuesta, lo que esencialmente significaría un rechazo, o dejarla avanzar.

En última instancia, la clasificación del dióxido de titanio siguió adelante y estará en vigor a partir de octubre de 2021, pero a continuación veremos cómo varios estados miembros, sus grupos de presión y los diputados del Parlamento Europeo trataron de utilizar esta última oportunidad para bloquear el proceso.

República Checa
La República Checa se ha opuesto sistemáticamente a la clasificación propuesta del dióxido de titanio, tanto en el proceso coordinado por la Comisión, centrado en el comité REACH, como posteriormente cuando el proceso pasó al Consejo de la UE. En noviembre de 2019, la República Checa, junto con Alemania, intentó presentar una objeción a la clasificación en el Consejo, aunque en última instancia no consiguió el suficiente apoyo de otros estados miembros para aprobarla.

Precheza es la única empresa en la República Checa que produce dióxido de titanio. Según su propia información, el dióxido de titanio (que la empresa llama pretiox) es el producto más importante de Precheza y se refiere a su tecnología de producción como "la plata de los checos". Precheza exporta hasta el 90% de las 62.000 toneladas de pretiox que produce cada año.

Básicamente, Precheza es propiedad de Agrofert, fundada por el actual Primer Ministro checo Andrej Babiš. De hecho, Precheza es la filial más rentable de Agrofert, con un beneficio de más de 39 millones de euros al año, y el 90% de sus ventas provienen del dióxido de titanio. (Agrofert también es propietaria de DEZA, una empresa química que produce otros productos químicos controvertidos, entre ellos el DEHP, que se utiliza ampliamente como plastificante en productos de uso diario, pero que causa problemas de desarrollo en los niños y de infertilidad).

Babiš el oligarca
El actual Primer Ministro checo Babiš - un multimillonario y el segundo hombre más rico de la República Checa - hizo su fortuna a través de Agrofert, un enorme conglomerado agrícola y químico. En 2011 Babiš creó ANO, la Acción para Ciudadanos Insatisfechos como un partido populista y - algo irónico - "anticorrupción". Hoy en día el mayor donante de ANO es el propio Babiš a través de las muchas empresas con las que mantiene un vínculo.

En febrero de 2017 (cuando Babiš era Ministro de Hacienda) la República Checa modificó su ley contra los conflictos de interés para prohibir a los miembros del gobierno (más otros funcionarios) tener el 25 por ciento o más de las acciones de cualquier empresa que acepte subvenciones y contratos del Estado. Babi" tuvo que encontrar una solución a estas nuevas normas, apodada "Lex Babiš", e idealmente una que le permitiera mantener el control de Agrofert pero que también permitiera a la empresa recibir subvenciones y contratos de las instituciones estatales. Su solución fue poner el control de sus empresas (Agrofert y SynBiol) en dos fondos fiduciarios controlados por su esposa Monika y sus colaboradores cercanos de toda la vida. Sin embargo, aún quedan preguntas sobre la medida en que Babiš sigue beneficiándose de Agrofert y las investigaciones de Transparencia Internacional República Checa indican que Babiš sigue siendo el principal beneficiario y responsable de Agrofert.

Durante años Babiš ha estado sometido a investigación por sospecha de fraude sobre los fondos de la UE que estaban destinados a pequeñas y medianas empresas, pero que al parecer él canalizó para construir su mansión personal. Pero un escándalo aún mayor ocurrió el año pasado cuando una auditoría de la Comisión Europea encontró que Babiš tenía un conflicto de interés sobre las subvenciones de la UE recibidas por Agrofert, y que el Gobierno checo debería devolver hasta 17 millones de euros de subvenciones de la UE recibidas por la empresa en los dos años anteriores.

Una reciente delegación de eurodiputados enviada a la República Checa encontró pruebas de los intentos oficiales de enterrar los conflictos de interés; y dos eurodiputados checos de la delegación fueron calificados de "traidores" por Babiš, lo que suscitó serias preocupaciones sobre su seguridad personal. El trabajo de esta delegación informará en la próxima sesión del Parlamento Europeo.

Babiš es también el propietario de facto del 30% de los medios de comunicación privados de la República Checa, incluido el grupo de medios MAFRA, varios periódicos y la popular Radio Impuls. Se acusa a Babiš de utilizar su control sobre los medios de comunicación para impulsar mensajes favorables, silenciar a los críticos y atacar a la oposición. Como ejemplo, el miembro de la junta directiva del Corporate Europe Observatory, Jakub Patočka y el portal de medios para el que trabaja, Deník Referendum, han sido amenazados con acciones legales después de publicar informaciones sobre los asuntos empresariales de Babiš en un libro de reportajes de investigación llamado Zlutý baron ('El barón amarillo').

Deník Referendum recientemente publicó un amplio artículo sobre cómo Babiš construyó su imperio empresarial y cómo está captando al estado checo (incluyendo un enfoque en el papel de los subvenciones de la UE). Esto forma parte de la serie ¡Conozca a sus multimillonarios! publicada por la Red Europea de Observatorios Corporativos.

No es posible decir categóricamente si la oposición del Gobierno checo a la clasificación del dióxido de titanio a nivel de la UE está directamente relacionada con la propiedad del Primer Ministro Babiš del único productor de dióxido de titanio del país, pero está claro que Babiš tiene un conflicto de interés en esta cuestión. Después de todo, es su Gobierno ANO el que decide la posición nacional que se presentará en Bruselas.

En general, hay pruebas de cómo los intereses privados de Babiš influyen en la toma de decisiones del Gobierno checo.

El productor de dióxido de titanio Precheza fue multado por una fuga química que ocurrió en la ciudad de Přerov en octubre de 2014. Sin embargo, la multa inicial de 7 millones de coronas (unos 270.000 euros ) impuesta por las agencias de regulación, se redujo posteriormente a medio millón de coronas en medio de sugerencias de interferencia política en el proceso de regulación por parte del Ministerio de Medio Ambiente. El Ministro de Medio Ambiente checo fue Richard Brabec, quien también fue Viceprimer Ministro de Babiš hasta abril de 2019, y anteriormente gerente de la empresa de productos químicos Lovochemie, parte del conglomerado Agrofert. Brabec ha negado haber interferido en la reducción de la multa de Precheza. Sin embargo, Deník Referendum ha documentado otros ejemplos de cómo las agencias de regulación del Estado checo han favorecido sospechosamente a las empresas de Agrofert.

A pesar de cualquier amparo político del que Precheza pueda disfrutar gracias a su estatus en el imperio Babiš, ha estado presionando activamente contra la clasificación propuesta por la UE del dióxido de titanio.

Se utiliza en productos tales como caramelos, dulces, helados, chicles, cremas para el café, salsas para ensaladas, queso, confetis, también se utiliza para el blanqueo de leche descremada, donde la adicción de dióxido de titanio hace a la leche más blanca y como consecuencia mejora su aspecto sensorial y le brinda una textura más cremosa. 

Precheza es uno de los ocho miembros de la Asociación de Fabricantes de Dióxido de Titanio (TDMA), que ha liderado los grupos de presión contra la clasificación, y que ha aparecido con fuerza en artículos anteriores del Observatorio Corporativo Europeo sobre este tema. La TDMA ha emprendido muchas actividades en la batalla de los grupos de presión, entre ellas un programa de investigación de 14 millones de euros, utilizando la consultora de grupos de presión Fleishman-Hillard, y ha participado en reuniones de grupos de presión. En marzo de 2019, los miembros de la TDMA, incluido Precheza, escribieron a la Comisión para tratar de evitar la clasificación del dióxido de titanio.

Precheza fue uno de los cientos de grupos de presión de la industria que presentaron una respuesta a la consulta de la Comisión sobre la clasificación propuesta. Se basaba en argumentos familiares utilizados en toda la industria para cuestionar las preocupaciones sobre la salud y para argumentar que la clasificación perjudicaría a la industria.

Precheza también es miembro de varias asociaciones comerciales checas que han estado presionando sobre el dióxido de titanio a nivel de la UE. Por ejemplo, en septiembre de 2019, 300 organizaciones empresariales firmaron una carta, coordinada por la TDMA, para pedir un retraso en la clasificación mediante la realización de una evaluación de impacto, una demanda tomada directamente del libro de estrategias de los grupos de presión para una "mejor regulación". La carta se dirigió a la Secretaría General de la Comisión, pasando por encima de los funcionarios de la DG de Medio Ambiente y la DG de Crecimiento que se ocupaban del proceso de clasificación, y entre los firmantes se encontraban las siguientes asociaciones, todas las cuales tienen a Precheza (y a veces también a Agrofert) como miembro: la Asociación de la Industria Química de la República Checa (SCHP ČR); la Asociación de Fabricantes de Pinturas de la República Checa (AVNH); y el Cluster del Plástico Checo.

SCHP escribió su propia carta a la Comisión en febrero de 2019 y también se sometió a la consulta de la Comisión. También ha criticado públicamente el proceso de clasificación y en septiembre de 2019 declaró que "tiene previsto negociar con representantes del Ministerio de Medio Ambiente" para poner de relieve "las deficiencias del actual proceso de clasificación" y presentar la propuesta alternativa de la industria para una evaluación del impacto. Sin embargo, una evaluación de impacto sólo retrasaría el proceso y aportaría argumentos económicos en favor de la industria en una decisión que sólo debería versar sobre las consecuencias para la salud y el medio ambiente de un determinado producto químico.

¿Hasta dónde se extiende la conexión de Babiš/ Agrofert/ Precheza?
El Parlamento Europeo, al igual que el Consejo, también tuvo la oportunidad de objetar la clasificación propuesta por la Comisión sobre el dióxido de titanio. Algunos eurodiputados aprovecharon esta oportunidad y la eurodiputada Anna Zalewska (ECR, Polonia) redactó una objeción utilizando todos los argumentos habituales de la industria.

Hay seis eurodiputados del partido ANO de Babiš en el Parlamento Europeo y cuando la objeción de Zalewska fue discutida en el comité de ENVI en diciembre de 2019, el eurodiputado de ANO Ondřej Knotek habló en nombre de Renew Europe (Grupo Liberal). Sin embargo, Knotek tuvo que dejar claro que aunque Renew se oponía a la objeción, él mismo apoyaba la objeción (pro-industria), argumentando que no había "ninguna razón para cuestionar si el compuesto es tóxico o no".

De hecho, toda la delegación del ANO decidió apoyar la objeción a la clasificación en la votación plenaria de enero de 2020.

Corporate Europe Observatory se dirigió a Ondřej Knotek y a los otros cinco eurodiputados de la ANO para entender sus razones para votar de esta manera, y las razones "habituales" fueron expuestas por la eurodiputada Martina Dlabajová en la línea de: la Comisión "probablemente abusó" de sus poderes al clasificar el dióxido de titanio; la Comisión no siguió los procesos de "Better Regulation" y no realizó una evaluación de impacto; la clasificación es demasiado amplia; habrá impactos negativos; hay una forma alternativa de gestionar el dióxido de titanio. Estos argumentos ya son conocidos por declaraciones anteriores de la industria.

Cuando Corporate Europe Observatory hizo dos preguntas de investigación sobre las conexiones de Babiš con Precheza y si la votación había sido discutida con el Gobierno checo, Dlabajová nos dijo: "Toda la información relevante relacionada con la votación sobre la objeción del dióxido de titanio está incluida en nuestra respuesta anterior. Consideramos responsablemente todos los aspectos relevantes en todas las votaciones". (El intercambio completo de correo electrónico está disponible aquí). Esta respuesta puede ser interpretada de varias maneras, con la línea, "Consideramos responsablemente todos los aspectos relevantes en todas las votaciones" quizás planteando más preguntas que respuestas.

Dlabajová también nos dijo que habían sido presionados por el grupo de presión de las empresas químicas CEFIC (y el grupo ecologista), Arnika, que apoyó la clasificación del dióxido de titanio. CEFIC, el Consejo Europeo de la Industria Química, es la organización matriz de la TDMA (de la que Precheza es miembro) y es posiblemente el que más invierte en los grupos de presión en Bruselas. CEFIC emplea a la consultora de lobbies Fleishman-Hillard por un monto de casi un millón de euros anuales para trabajos que incluyen el trabajo de lobby en nombre de la TDMA.

Fleishman-Hillard se puso en contacto con los diputados del Parlamento Europeo en nombre de la TDMA en enero de 2020 para solicitar una reunión con el fin de discutir la objeción a la clasificación del dióxido de titanio. Su correo electrónico decía "entendemos que el tema puede aparecer de nuevo en el plenario a finales de mes", aparentemente mostrando que sabía que los MPE estaban pensando en volver a presentar la objeción rechazada por el comité de la ENVI. (Un correo electrónico de Fleishman-Hillard a un diputado (anónimo) está disponible aquí).

ANO, MEP, Martin Hlaváček
Martin Hlaváček, eurodiputado, fue elegido por primera vez al Parlamento Europeo en 2019 y, según su declaración de bienes económicos, anteriormente disfrutó de una trayectoria profesional en Philip Morris Products Switzerland con un salario de 20.000 euros al mes (incluyendo el pago de dividendos). También trabajó para la consultora de negocios checa Triple M, que se centra en la política agrícola. Los clientes de Triple M en el ámbito del lobby de la UE figuran actualmente en el registro de lobby de la UE como la Asociación Agrícola de la República Checa, la Cámara de Alimentos de la República Checa, la Cámara Agraria de la República Checa y la Iniciativa de Negocios Agrícolas y Alimentarios, aunque fuentes checas indican que la empresa está ahora gestionada. No obstante, es sin duda una agradable coincidencia que el antiguo empleado de Triple M se encuentre ahora en el comité de agricultura del Parlamento.

Ya sea en el Consejo, el Parlamento o en el Comité REACH, los representantes checos y los diputados de la ANO han estado totalmente de acuerdo con la posición de Precheza, propiedad del Primer Ministro Babiš. Esto ha resultado en una vergonzosa situación de conflicto de interés, empeorada aún más por los intentos de evitar la clasificación de un "presunto cancerígeno".

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