Cómo los estados miembros de la UE protegen industrias que producen productos químicos nocivos: el caso del dióxido de titanio (y II)
La batalla del lobby del dióxido de titanio
ha conseguido que esta sustancia química se clasifique de una
manera muy débil a pesar de que estar reconocida como "sospechosa
de ser cancerígena". Los estados miembros se han mostrado muy
diligentes en la defensa de sus intereses industriales, a expensas de
la investigación científica y la salud pública, y han logrado
algunas victorias. A continuación exponemos quienes son estas
naciones, varias de las cuales están dirigidas por partidos o
líderes autoritarios. Es especialmente preocupante el conflicto de
intereses del Primer Ministro checo Babiš - su imperio empresarial
de facto incluye la producción de dióxido de titanio - y es materia
de una próxima votación en el pleno del Parlamento Europeo.
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También algunos de los yogures que se comercializan pueden contener dióxido de titanio |
Polonia
El Gobierno de Polonia se opuso a la
tipificación del dióxido de titanio durante el proceso de
reglamentación REACH, que duró dos años, y posteriormente, cuando
la cuestión llegó al Consejo en otoño de 2019.
El mayor fabricante de productos químicos de
Polonia es el Grupo Azoty, entre cuyos productos se encuentra el
dióxido de titanio. Aunque Azoty ya no es miembro de TDMA, sigue
siendo un socio comercial del grupo de presión de productos químicos
CEFIC. Azoty fue en el pasado cliente de EPPA, un lobby con sede en
Bruselas que hoy en día representa a otros en el campo de los
productos químicos, entre los que se encuentran Bayer y BASF. Azoty
dijo ante la Comisión sobre la clasificación del dióxido de
titanio, refiriéndose a ella como "una medida no apropiada ni
proporcionada".
La eurodiputada polaca Anna Zalewska (ECR)
presentó ante el comité de la ENVI y al pleno objeciones a la
clasificación del dióxido de titanio, que fueron rechazadas
rotundamente por la mayoría, aunque consiguieron que el proceso se
retrasara otros dos meses. Zalewska fue apoyada por su colega polaca
de la ECR, Joanna Kopcińska. Ambos diputados son miembros y ex
ministros de Prawo i Sprawiedliwość (PiS), el partido
gobernante autoritario de la derecha polaca. El PiS es un partido
"procarbón" conocido por su dudoso pasado en cuestiones
ambientales.
Durante el debate sobre la propuesta de
Zalewska, la eurodiputada Anja Hazekamp (Países Bajos, GUE-NGL) dijo
a la comisión de la ENVI que "no puedo apoyar esta propuesta,
que usted sabe perfectamente que ha sido escrita por los grupos de
presión". Mientras tanto, un eurodiputado socialista, Seb Dance
(UK, S&D) durante su comparecencia dijo: "El intento del ECR
de retrasar la clasificación [del dióxido de titanio] por parte de
la Comisión fue un cínico intento de complacer los intereses de
las grandes corporaciones en la UE".
Corporate Europe Observatory se puso en
contacto con la diputada Zalewska antes de publicar este artículo
para hacerle varias preguntas sobre sus contactos con los grupos de
presión sobre esta cuestión y la medida en que habían contribuido
a la redacción del texto de la propuesta, pero hasta la fecha la
Sra. Zalewska no ha respondido.
El apoyo de la derecha autoritaria a la
industria del dióxido de titanio
Además de los diputados del PiS y del ANO,
otros partidos autoritarios también se han sentido contentos de
entrar en el debate apoyando a la industria para oponerse a la
clasificación del dióxido de titanio. El eurodiputado de Lega,
Angel Ciocca, cuestionó la clasificación en una pregunta
parlamentaria escrita, reforzando la impresión de que mientras Lega
puede tratar de parecer crítica del enorme poder de las grandes
empresas, en la práctica, está dispuesta a apoyar los intereses de
las empresas como de costumbre.
Alemania
Corporate Europe Observatory ha
publicado anteriormente cómo el Gobierno alemán ha sido muy activo
en la defensa de los productores de dióxido de titanio en el proceso
del comité REACH. El Gobierno alemán fue el artífice de la
estrategia para oponerse a la clasificación propuesta del dióxido
de titanio, sugiriendo que el producto químico debería ser remitido
en su lugar a un proceso alternativo mucho más débil, que daría
lugar a "límites de exposición" en los lugares de
trabajo. Un defecto obvio de esta propuesta es que deja totalmente
fuera de consideración a los trabajadores autónomos y a los
consumidores.
Sin embargo, esta propuesta alternativa alemana
ha sido apoyada con entusiasmo por muchos que se oponen a la
clasificación por parte de la Comisión, y fue incluida en las
objeciones de Zalewska en el Parlamento Europeo. La industria alemana
se ha mostrado muy activa en el apoyo a la propuesta incluyendo estos
grupos de presión: Seguro Social Alemán de Accidentes (DGUV),
Asociación Alemana de Fabricantes de Juguetes (DVSI), Asociación
Alemana de Pintura y Tintas de Impresión (VdL), y otros. (Copias de
la correspondencia están
disponibles aquí.)
Alemania tiene una importante industria de
dióxido de titanio, y el productor Evonik es un antiguo miembro de
la TDMA. Mientras tanto, los grupos de presión alemanes ocuparon un
lugar destacado en la carta que solicitaba retrasar la clasificación
mediante la aplicación de una evaluación de impacto firmada por 300
grupos industriales, entre ellos el grupo de presión de los
empresarios BDI; el gigante químico BASF; la asociación de la
industria química VCI; Evonik, y otros.
Cuando el proceso de clasificación se trasladó
al Consejo, Alemania no dudó en plantear una objeción, junto con la
República Checa, y aparentemente también otros estados. El tema fue
discutido por representantes de los estados miembros en el grupo de
trabajo del Consejo sobre armonización técnica el 8 de noviembre de
2019. Corporate Europe Observatory ha solicitado las actas y
otros documentos relativos a este debate, pero habitualmente -y de
forma sorprendente- esos grupos de trabajo no tienen "ni la
obligación ni la práctica" de conservar las actas de sus
debates, lo que impide una transparencia adecuada de los mismos.
No obstante, un grupo de presión de la
industria -la Asociación Alemana de Envases Plásticos- parece que
tuvo importantes contactos en la sala tan pronto como se informó de
los resultados de la reunión: "En la reunión del Grupo de
Trabajo celebrada el 8 de noviembre, Rumanía, Austria, Bulgaria,
Eslovaquia, Grecia, Polonia, la República Checa y Alemania
expresaron durante un acalorado debate de tres horas su oposición al
proyecto de ley. Sin embargo, la participación activa de la Comisión
impidió que más Estados Miembros se unieran a este grupo. Por lo
tanto, no se alcanzó la mayoría cualificada (16 Estados Miembros)".
La propuesta alternativa y más débil de
Alemania de manipulación del dióxido de titanio exclusivamente en
los lugares de trabajo se convirtió en un argumento de peso para
todos los que se oponían a la propuesta de la Comisión y, por lo
tanto, contribuyó a mantener la propuesta de la Comisión lo más
débil posible.
Eslovenia y el Reino Unido
Los Gobiernos de Eslovenia y el Reino Unido
también intervinieron de manera decisiva en el debate sobre la
clasificación del dióxido de titanio durante el largo proceso de
aprobación. Su propuesta de 2018 de una clasificación débil que
excluyera las diversas mezclas parece haber influido
significativamente en la propuesta final de la Comisión, que
confirmó esta laguna, y llevó a estos dos países a conformarse
finalmente con la clasificación final.
Como se informó anteriormente por parte de
Corporate Europe Observatory, tanto Eslovenia como el Reino
Unido tienen importantes industrias de dióxido de titanio.
Registramos numerosos contactos entre la
industria del dióxido de titanio y responsables del Reino Unido
sobre este asunto, que fueron al menos 17 entre julio de 2017 y marzo
de 2019, incluida una visita ministerial a las instalaciones de
Cristal, uno de los principales productores de dióxido de titanio
(actualmente propiedad de Tronox, miembro de la TDMA). Venator,
miembro de la TDMA, es otro importante productor de este
controvertido producto químico con sede en el Reino Unido.
En Eslovenia, Cinkarna Celje es una de las
mayores empresas químicas y miembro de la TDMA. Su principal fuente
de ingresos es el dióxido de titanio, emplea a 900 personas y tiene
ventas de unos 150 millones de euros al año. Fue uno de los muchos
grupos industriales que se sometieron al proceso de consulta por
parte de la Comisión para oponerse a la clasificación propuesta.
Un extenso artículo publicado en el Finance
Business Daily de Eslovenia de enero de 2020 planteaba interrogantes
sobre los vínculos entre la toma de decisiones del gobierno sobre la
clasificación propuesta de la UE y Cinkarna. En él se informaba de
que la oficina gubernamental encargada de elaborar la posición
eslovena, la Oficina Nacional de Química, había consultado a la
profesora Damjana Drobne de la Facultad de Biotecnología de la
Universidad de Liubliana, que había sido miembro del Grupo de
NanoSeguridad de la UE que se ocupaba del dióxido de titanio y
en abril de 2017 Drobne había sido designada por la Oficina Nacional
de Química de Eslovenia como experta nacional para asistir a una
reunión del grupo de expertos de la UE (CARACAL) para examinar la
clasificación del dióxido de titanio.
Drobne ha dicho a Corporate Europe
Observatory que participó en la propuesta del Reino Unido y
Eslovenia, ya que era la "asesora científica de nuestra Oficina
Nacional de Química como miembro de su grupo de trabajo científico
sobre nanotecnología". Se entiende que la Oficina Nacional de
Química celebró una reunión "informativa" con
representantes de la Cámara de Comercio y de Cinkarna durante el
proceso de clasificación.
Por otra parte, sin embargo, Cinkarna también
había encargado al equipo de Drobne de la Universidad de Liubliana
que examinara "las publicaciones científicas existentes sobre
el efecto del dióxido de titanio en los sistemas biológicos".
En un correo electrónico dirigido a Corporate Europe Observatory,
Drobne calificó esto como una "actividad de transferencia de
conocimientos" y dijo que el "trabajo no fue publicado,
pero en él se basan muchas de nuestras publicaciones científicas
sobre [el dióxido de titanio] y los efectos biológicos".
Sin embargo, en su informe anual de 2018,
Cinkarna dice: "Al contratar expertos, también participamos en
la creación de grupos de opinión en Eslovenia como Estado miembro
de la Unión Europea". Sorprendentemente, según
el Finance Business Daily, la oficina gubernamental no
observó ningún conflicto de intereses en la profesora que trabajaba
tanto para la industria como para el gobierno.
Drobne dijo a la revista que "yo
personalmente 'abogo' por el dióxido de titanio y su uso seguro".
En febrero de 2018 Drobne intervino en una conferencia en la
República Checa, organizada por el grupo de presión de la industria
química SCHP ( comentada más arriba), en la que expuso la posición
de Eslovenia frente a la clasificación propuesta para el dióxido de
titanio. En su currículum vitae que se puede consultar en Internet
se enumeran tres empresas con las que ha mantenido una "cooperación",
entre ellas Cinkarna, cooperación que
ha descrito como "conferencias [y] participación en
proyectos internacionales, en los que Cinkarna es un socio
industrial". También habló en las cumbres mundiales sobre el
dióxido de titanio, que se celebraron en 2017 y 2019. Los detalles
de los intercambios con el Profesor Drobne están
disponibles aquí.
Parece claro que una vez que la Comisión
suavizó su propia propuesta de excluir las mezclas, en la línea de
la propuesta del Reino Unido y Eslovenia, ambos países pudieron
aceptar la clasificación. Otra empresa eslovena con interés en el
proceso de clasificación, Helios, dijo al Finance Business Daily
que la propuesta eslovena-británica era un "paso importante
para encontrar un compromiso positivo".
No obstante, y como resultado de la propuesta
del Reino Unido y Eslovenia, sigue existiendo una laguna para los
consumidores en cuanto a la información que recibirán ahora en
relación con los productos de dióxido de titanio. Las mezclas
líquidas y sólidas sólo serán etiquetadas con una advertencia
sobre los peligros de la inhalación, pero no que el producto
contenga un "presunto carcinógeno". Esto ofrece un
contraste con el etiquetado de advertencia de cáncer de los
productos de dióxido de titanio, como protectores solares y algunos
aerosoles en California.
E171, la otra batalla del lobby del dióxido
de titanio
La industria del dióxido de titanio ha estado
luchando en dos frentes a nivel de la UE. Además del proceso de
clasificación detallado anteriormente, el año pasado el Gobierno
francés anunció la prohibición del aditivo alimentario dióxido de
titanio (llamado E171) a partir de enero de 2020. Los grupos de
presión de la industria se han levantado en armas y han exigido que
la Comisión y los Estados miembros impidan al Gobierno francés dar
este paso, a pesar del creciente número de integrantes de la
industria que ya están eliminando el producto químico de sus
productos alimenticios. Existe una posible relación entre el consumo
de E171, que se utiliza puramente por razones estéticas, y un mayor
riesgo de cáncer colorrectal. Varios Estados miembros han tratado de
oponerse a la prohibición francesa, aunque la Comisión ha
confirmado que, si bien no tomará medidas para impedir la
prohibición francesa, tampoco propondrá una medida de ese tipo en
toda la UE. Ha dicho que esperará los resultados de los estudios de
la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sobre el E171, que se
esperan para más tardar en 2020. La prohibición francesa del E171
es segura - por ahora.
Conclusión
La clasificación del dióxido de titanio está
siendo controvertida, no por la falta de pruebas que apoyen una
clasificación, sino porque es ampliamente utilizado, lo que ha
llevado a la industria a luchar duramente para proteger sus
intereses. Pero esto también significa que la exposición a esta
sustancia química está muy extendida.
Como hemos visto, esta batalla del lobby sobre
el dióxido de titanio ha sido una lamentable sucesión de estados
miembros que defienden las industrias nacionales que fabrican
productos reconocidos como "sospechosos de ser cancerígenos".
Tradicionalmente, cuando la Agencia Europea de Químicos hace una
recomendación, normalmente se da por sentado que la aceptará e
impondrá.
Pero en este caso una alianza nociva entre
algunos estados miembros, la industria, algunos diputados y otros, ha
interrumpido el proceso. Al plantearse lagunas, defender procesos
alternativos más débiles y utilizar el programa "Better
Regulation" de la propia Comisión, esta alianza ha garantizado
que, si bien se ha llevado a cabo una clasificación para el dióxido
de titanio, ésta es mucho más débil de lo que la ciencia indica
que debería ser. E incluso entonces, la industria está
aparentemente contemplando la posibilidad de emprender acciones
legales al respecto.
Esto es un verdadero nacionalismo tóxico. Y en
el caso del Primer Ministro checo Babiš, cuyo imperio Agrofert
incluye intereses sustanciales en el dióxido de titanio, ha habido
un claro conflicto de interés, efectivamente puesto en marcha por
los representantes checos y los diputados de la ANO que participan en
el proceso de reglamentación en el ámbito de la UE.
¿Es una advertencia clara para el oligarca
nocivo Babiš? Tal vez no todavía. Pero con una inminente votación
plenaria del Parlamento Europeo sobre sus conflictos de interés, y
el Consejo Europeo afrontando acciones legales sobre el papel que
Babiš juega en ese foro, es hora de que todas las demás
instituciones de la UE reflexionen sobre las consecuencias de tener a
un oligarca multimillonario como líder de un estado miembro de la UE
- y tomen medidas.
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