El auge de la biofísica óptica y el desencuentro entre "dos ciencias"
por Matthew J. L. Ehret / 7 de
mayo de 2020
En
un artículo anterior, titulado "El
Dr. Montagnier arroja nueva luz sobre Covid-19 y el futuro de la
medicina", hablé
sobre la poderosa
contribución del virólogo ganador del Premio Nobel, el Dr. Luc
Montagnier. En ese lugar, abordé la justificación de la evaluación
de Montagnier de la teoría del origen en un
laboratorio de COVID-19 y discutí las razones por las que su
hipótesis del origen en China es tan ingenua como potencialmente
peligrosa. Para cualquiera que desee valorar completamente la lectura
de este artículo, le recomiendo revisar primero mi artículo
anterior o ver el documental "Memoria
del Agua" del 2014.
En
esta continuación, me gustaría abordar un aspecto diferente de la
intervención de Montagnier, que ha pasado desapercibida y
subestimada incluso por los que tienen una cierta inclinación
científica. Aunque ha pasado desapercibida, creo que entender la
corriente histórica de la ciencia que ha evolucionado en oposición
al enfoque materialista de la química, la naturaleza y la salud no
sólo es sumamente importante, sino que nos una mejor comprensión de
la naturaleza de ese imperio que ha distorsionado gran parte de la
historia de la humanidad.
Como
una lucha existencial entre los paradigmas políticos (también
conocidos como: todos ganan/multipolar vs. ganar-perder unipolar), es
mi intención dedicar un momento a revisar cierta historia olvidada
de la ciencia para apreciar adecuadamente el potencial de una era de
estimulantes avances que está al alcance de la humanidad.
Una
larga historia de descubrimientos (y el desencuentro de dos ciencias)
La
lucha de Montagnier es sólo una muestra de un enfrentamiento mucho
más amplio dentro de la propia ciencia occidental. Mientras que
mucha gente piensa de manera simplista que hay una rama singular de
la ciencia desde Galileo a Descartes, a Newton y hasta el presente,
la realidad al examinarla más de cerca nos muestra que en realidad
hay dos paradigmas opuestos, uno de los cuales ha sido oscurecido
sistemáticamente por la caza de brujas por motivos políticos desde
incluso antes de los días del X-Club
de Huxley [El
X-club, formado por nueve hombres entre los que se encontraban Huxley
o el economista Herbert Spencer, llegó a ser tan influyente durante
la época victoriana que de ellos se llegó a decir que “dirigían
la ciencia británica”. ]y
la fundación de la revista Nature
en 1869 [Huxley
y Hooker fueron los fundadores de la revista Nature].
En
oposición a la tradición materialista que ha intentado imponer
"causas materiales" a los fenómenos naturales, la escuela
más potente de biofísica óptica que encarna Montagnier fue
impulsada nada menos que por Louis Pasteur. Aunque es famoso por su
conocimiento de las vacunas, la teoría bacteriana de la enfermedad y
el proceso de calentamiento que lleva su nombre, el trabajo
revolucionario anterior de Pasteur fue moldeado por descubrimientos
sobre las propiedades ópticas de la vida y los fenómenos de la
vida. En resumen, Pasteur descubrió que las soluciones que tenían
material orgánico disuelto en su interior tenían la increíble
propiedad de hacer girar la luz polarizada hacia la "izquierda",
mientras que las soluciones líquidas desprovistas de material
orgánico no tenían esa capacidad. Esta historia fue contada
maravillosamente en el docudrama de 2010 "El
espacio de la vida".
Esta
propiedad de la materia orgánica de desviar la luz hacia la
izquierda todavía confunde a los astrobiólogos más de un siglo
después.
Si
bien la Primera Guerra Mundial desbarató este proceso de
investigación, el tema fue abordado por dos científicos
ruso-ucranianos que trabajaron en conjunto en la Universidad de
Crimea: Vladimir Vernadsky (padre de la ciencia atómica rusa y
fundador de la escuela de biogeoquímica 1863-1945) y su amigo
Alexander Gurwitsch (1874-1954).
La
radiación mitogenética de Alexander Gurwitsch
Vernadsky
utilizó profusamente el trabajo de Pasteur en su propia
investigación sobre la biosfera y siempre señaló que las
propiedades electromagnéticas de la vida eran la fuerza motriz de la
bioquímica. Mientras que Vernadsky pasó su vida centrándose en los
macroestados de la biosfera, y cómo interactuaba con la litosfera y
la noosfera (los dominios anidados de la no vida, la vida y la razón
creativa) dentro de las redes anidadas de campos magnéticos que
moderan el flujo de la radiación cósmica a través del universo, su
colega Gurwitsch se centró en la intersección de la luz y los
campos magnéticos dentro de los microestados de las células vivas.
Describiendo
su descubrimiento en un estudio de 2011 sobre la Bio-Radiación
Cósmica, el investigador Cody Jones describió la visión
fundamental de Gurwitsch:
“Gurwitsch
desarrolló tres niveles anidados de estructuras de campo, ordenados
de acuerdo con la complejidad y la extensión espacial, que van desde
el nivel molecular (constelaciones moleculares), al celular
(relaciones entre células), hasta los niveles orgánicos (los
diferentes órganos y sistemas que constituyen un solo organismo).
Cada campo anidado podría describirse en términos de diferentes
mecanismos en cuanto a la forma en que la morfología avanzó en
relación con cualquier estructura particular, pero todos ellos se
unificaron para la realización de un estado posterior de
existencia”.
Gurwitsch
revolucionó primero las ciencias de la vida al dar forma a un
elegante experimento que demostró que las células emiten débiles
ráfagas de luz ultravioleta al atravesar la mitosis. Para probar su
teoría, Gurwitsch colocó dos plantas de cebolla perpendicularmente
de tal forma que la punta de una raíz de una cebolla apunte hacia la
punta de otra raíz de la otra cebolla. Gurwitsch descubrió que la
tasa de división celular en estas zonas de la raíz es mucho mayor
que en otras partes de la raíz «no irradiadas.»Aunque durante su
vida no existían instrumentos lo suficientemente sensibles para
captar estas frecuencias ultra-débiles, Gurwitsch demostró que la
luz del espectro ultravioleta debe generarse a partir de células
nuevas, separando las raíces de cebolla antiguas y nuevas mediante
varios tipos de lentes que bloqueaban diferentes partes del espectro
y descubrió que sólo cuando se bloqueaba la luz ultravioleta
terminaba el efecto del aumento del 30% del crecimiento celular.
Gurwitsch llamó a esto "Radiación Mitogenética".
Aunque
Gurwitsch fue condenado al ostracismo por el establishment científico
durante su vida, en el decenio de 1950 surgieron tecnologías entre
la comunidad astrofísica que permitieron a los científicos medir
frecuencias de luz extremadamente débiles en el rango de la
radiación mitogenética de Gurwitsch (obviamente útiles para captar
señales débiles de otras galaxias en el espacio profundo). Cuando
los equipos de astrónomos italianos aplicaron su equipo a la materia
orgánica, el descubrimiento de Gurwitsch se verificó
experimentalmente por primera vez.
Uno
habría pensado que tal descubrimiento habría revolucionado toda la
biología, la medicina y las ciencias de la vida en el acto - sin
embargo, después de un breve repunte en el interés, el
descubrimiento fue pronto olvidado y relegado a un rasgo secundario
"insignificante" de la vida que no tenía ningún papel
causal que desempeñar en ninguna de las mecánicas o el
comportamiento de la actividad orgánica. Los materialistas y
reduccionistas que deseaban mantener que toda la vida era simplemente
la suma de las partes ganaron la partida.
Entonces
otro biofísico llamado Fritz-Albert Popp apareció en escena.
Los
descubrimientos biofotónicos de Fritz Popp
Durante
la década de 1970, Popp era un investigador del cáncer que trataba
de averiguar por qué sólo uno de los dos isómeros del benzopireno
causaba cáncer. Un isómero es a veces conocido como una
configuración de imagen en espejo de una molécula que son
químicamente idénticas, pero cuyas propiedades pueden diferir
enormemente. Bajo la lógica materialista/reduccionista, no había
ninguna razón por la que un isómero (Benzopireno 3,4) que se
encuentra en los cigarrillos y el alquitrán indujera el crecimiento
de cáncer en el tejido pulmonar mientras que otro isómero
(Benzopireno 1,2) fuera completamente benigno.
Después
de descubrir el trabajo de Gurwitsch, el Dr. Popp comenzó a medir
las emisiones de luz ultra-débiles de las moléculas de Benzopireno
y sus efectos sobre el crecimiento celular en los tejidos del hígado
y encontró que las propiedades sumamente altas de absorción/emisión
de luz del Benzopireno 3,4 eran la causa de la desarmonía de la
regulación celular. La medición de la actividad fotónica del
crecimiento de células hepáticas cancerosas frente a las sanas es
una forma llamativa de ver claramente que el crecimiento canceroso
coincide con las emisiones exponenciales de fotones, mientras que las
emisiones de fotones del hígado sano son muy estables.
A
lo largo de su vida altamente productiva, el Dr. Popp descubrió que
estas emisiones de luz se producían en diferentes longitudes de onda
según los tipos de células, la función y la especie. Cuando Popp
colocó dos muestras biológicas en las cercanías, las cosas se
volvieron aún más interesantes ya que el "ritmo" de sus
emisiones de fotones se sincronizaba maravillosamente cuando estaban
cerca y se desincronizaba cuando se separaban. Esto se esbozó en su
documento sobre la coherencia de los biofotones.
Los
descubrimientos de Popp amplifican los del gran científico ruso A.B.
Burlakov, quien descubrió que las emisiones de luz ultra débil que
emanaban de dos conjuntos de huevos de peces fertilizados separados
por un cristal demostraban un poderoso efecto armonizador. Si un
conjunto de huevos fuera más viejo, los huevos más jóvenes
madurarían y se desarrollarían mucho más rápido si se acercaban.
Sin embargo, si la diferencia de edad entre los dos conjuntos era
demasiado amplia, entonces el científico descubrió que el conjunto
más joven vería una mayor tasa de muerte, deformidades y retraso en
el desarrollo.
Este
modo de pensar sobre la vida hace que la mente del científico se
aproxime a la vida de una manera más parecida a como lo hace un
músico que afina su instrumento en una orquesta o un director de
orquesta que tiene múltiples ondas de sonido en su mente
simultáneamente como una idea musical completa que es mayor que la
simple suma de sus partes. Es un modo de pensar mucho más natural y
efectivo que el enfoque materialista/reduccionista que hoy en día
predomina en la mayoría de las universidades occidentales y que
trata al organismo como una máquina y al todo como una suma de
partes químicas.
Un
análisis más completo de estos descubrimientos fue presentado en
una conferencia de 2013 presentada por este autor, que puede verse en
su totalidad aquí:
La
verdadera naturaleza del enfrentamiento de hoy en día
Hoy
en día, el mundo está siendo moldeado por fuerzas políticas que
representan las dos corrientes opuestas de la ciencia. Puede que le
sorprenda, querido lector, descubrir que sólo una semana después de
las observaciones originales de Montagnier sobre la hipótesis del
origen del laboratorio del Covid-19 y sus llamamientos a un programa
de bloqueo mediante la terapia de longitud de onda electromagnética,
el presidente estadounidense Donald Trump anunció su apoyo a tales
líneas de investigación en una reunión informativa del 23 de
abril.
Hablando
con Bill Bryan (jefe de la división de ciencia y tecnología del
Departamento de Seguridad Nacional), Trump dijo:
“Supongamos
que alcanzamos el cuerpo con un haz... ya sea de luz ultravioleta o
simplemente con una luz muy potente. Y creo que eso no ha sido
comprobado, pero se va a probar... Y luego dijo: Supongamos que
llevamos la luz al interior del cuerpo, lo cual se puede hacer ya sea
a través de la piel o de alguna otra manera. Y creo que lo vamos a
probar”.
Mientras
que la prensa dominante atacó al Presidente por sus supuestas
declaraciones ignorantes, sólo aquellos que se tomaron en serio el
tiempo de investigar los descubrimientos del Dr. Luc Montagnier (o la
escuela más amplia de biofísica óptica defendida por grandes
hombres como Louis Pasteur, Alexander Gurwitsch, Vladimir Vernadsky,
A.B. Burlakov y Fritz-Albert Popp) pudieron entender la importancia
de los comentarios de Trump y la nueva era de la medicina y los
avances creativos en la ciencia que la alianza multipolar podría
desatar en el futuro.
En
nuestra tercera entrega, profundizaremos más en la represión
histórica de la ciencia, centrándonos en la creación de la revista
Nature
a partir de las entrañas del X-Club de T.H. Huxley y la Revolución
Maltusiana en la ciencia de 1864.
Artículos
relacionados:
----------------------------------------